Hay quienes escuchan o leen palabras que quizás no conocen; otras personas tienen leve idea de su significado o hasta una noción equivocada; tal es el caso de la palabra: Tanatología.
La mayoría de quienes han escuchado este término, lo relacionan totalmente con la muerte; y así es, si nos referimos a su significado literal; sin embargo, la tanatología, además, se encarga del estudio de la vida del ser humano e incluye la muerte; pero ¿cómo es esto? pues bien, el trabajo tanatológico pretende detectar las necesidades de muchos tipos de enfermos, y también las de las personas que enfrentan alguna pérdida que les causa dolor ya sea físico, emocional o espiritual; todo esto con la finalidad de ayudarlas a afrontar ese dolor que se conoce como duelo.
¿Qué tipo de duelos podemos tener?
Todos aquellos cambios relacionados con pérdidas como podrían ser: cambios de lugar de residencia, ya que a muchas personas les genera aflicción cuando se apartan de sus vecinos o familiares para ir a vivir en un lugar donde no tienen lazos afectivos; cambios laborales (ascensos, destinos, despido, jubilación); cambios en relaciones y vínculos (amigos, parientes, casamientos, enamoramientos, divorcios); cambios en ideologías religiosas, filosóficas, etc.; cambios en la salud (deterioro y aún incluso sanación de enfermedades); también puede ser hasta pérdidas materiales o de mascotas; sin dejar de mencionar la pérdida de un ser querido por muerte o desaparición.
A fin de cuentas, toda pérdida nos lleva a enfrentar una nueva realidad; el dolor siempre es necesario, y va a depender considerablemente de la dimensión de la pérdida y las características de cada persona, para adaptarse a esa nueva realidad.
Cada individuo tiene sus rasgos que lo distinguen, por ejemplo: su manera de ser, su personalidad, el ser cambiante, ser libre y responsable de su forma de ser; lo que le da dignidad y valor por el sólo hecho de ser persona.
El Tanatólogo, es la persona que está capacitada para ayudar a aliviar el dolor ante la pérdida; procura acompañamiento al o los dolientes; y además se ocupa de que sean tratados con respeto, cariño, compasión, y que conserven su dignidad; el objetivo final, es acompañarlos hasta llegar a la aceptación de su pérdida y tratar de que se convierta en la esperanza sobre su nueva realidad.
El Tanatólogo, debe tener la capacidad de empatía, ser respetuoso, cordial y guardar la confidencialidad en cada caso.
¿Cómo saber en qué momento llamar al Tanatólogo?
No existe un momento ideal para hacerlo, es variable y va a depender del instante en que el doliente desee salir de ese estado de ánimo en que se encuentra; en muchas ocasiones son los familiares cercanos quienes lo convencen de recibir la ayuda.